Nunca tuve el valor de decírtelo de frente, cara a cara y esta es una carta que nunca leerás, pero quería plasmarlo en palabras.
Creo que eras, sos y serás la mejor profesora y vicedirectora que tuvo el colegio Ameghino. Sos el ejemplo de justicia, de carisma, de sabiduría. Creo que sos una excelente persona con grandes valores.
Me enseñaste a luchar por mis ideales, a no dejarme engañar, a intentar marcar el cambio, a soñar un mundo mejor.
Te admiro mucho y me moría de ganas de que seas la principal que me entregue mi diploma aunque no podrá ser y aunque al curso no le gustaba tanto tu materia, sé que todos te admiraban mucho o casi todos y que te vamos a extrañar muchísimo y espero que estés bien porque de verdad te lo mereces.
Y tuve muchos maestros de que aprender,
Solo conocían su ciencia y el deber,
Nadie se animó a decir una verdad,
Siempre el miedo fue tonto [...]
Sui Generis (aprendizaje)
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