Había un lugar donde los rostros se iban al olvido. Un lugar donde las personas se perdían, mezclándose en un mar de frío y lejanía.
La gente se preguntaba cuál era la extraña magia que los hacía olvidar rostros inolvidables, personas que brillaban en su vida y en su mente.
Un conejo les contestó: "Nada es para siempre", ni siquiera la gente que centellea en tu vida como las primeras estrellas del ocaso, la gente olvida y el olvido es humano.
Daniela.♥
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